La vigilancia del alguacil

Jakop y yo fuimos a pescar al muelle hoy. Hacía mucho tiempo que no íbamos. Capturé un par de peces de buen tamaño, pero Jakob solo pescó un gorro. No sabía de quién era, así que dijo que se lo quedaría hasta que alguien lo reclamara. Anoche desaparecieron dos más de la misma forma que los otros. Nadie vio ni oyó nada, ni tampoco faltaba nada. No creía que necesitáramos un alguacil en el pueblo cuando me ofrecieron el trabajo, pero ¿ahora? Ahora desearía que tuviéramos una docena de ellos.