Una proclama de la reina sirena

Page #6
Un decreto

No importa lo que yo escriba. Ninguno de vosotros podéis leerlo. Ya no queda nadie que pueda desafiarme. Si hay alguien vivo que lea este mensaje, que venga a verme a lo alto del pináculo. Lo único que quiero es oír la voz de otro ser vivo. Prometo que no te arrebataré el alma. -          Así rezan los cantos de la reina sirena